Por Martin Almada
A la atención de la Dra. Alcira Argumedo
Doctora en Ciencias Sociales Universidad de Buenos Aires
Le escribo en mi condición de víctima del PLAN CÓNDOR y también como descubridor de su ARCHIVO DEL TERROR en Paraguay, el 22 de diciembre de 1992, luego de 15 años de investigación en Panamá y en París. El 26 de noviembre de 1974 fui torturado en Asunción por el Comisario Héctor García Rey, Jefe de Policía de Córdoba, estando detenido por haber defendido en la Universidad Nacional de Plata, (1972/1974), mi tesis doctoral “PARAGUAY. EDUCACION Y DEPENDENCIA“ siguiendo la metodología de la Educación Liberadora de Paulo Freire, supuestamente de inspiración marxista. También fui torturado por militares de Brasil, Bolivia, Chile, y Uruguay, todo ello en el marco del mencionado PLAN CÓNDOR.
Como usted sabe muy bien, en dicho operativo estaban implicados los gobiernos de las dictaduras militares de la época (1975) de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Bolivia y Paraguay. El PLAN CÓNDOR fue una página negra en nuestra historia y dejó una herencia de miles de asesinados, torturados y desaparecidos en el cono sur de América Latina. Sus negativas consecuencias aún se aprecian en estos países y, aunque parecía que el CÓNDOR era ya historia, hoy contemplamos con dolor como aletea de nuevo y la sombra de su vuelo aparece otra vez en nuestro paisaje esta vez con la complicidad del Poder Judicial.
El motivo de la presente es trasladarle nuestra preocupación por el hecho de que algunos intelectuales argentinos estén realizando llamadas a la conciliación con el “macrismo”, y pidiendo el abandono de la lucha libertaria. Estos llamamientos a la conciliación con el “macrismo” tienen como objetivo el destruir la conciencia social y el espíritu crítico imprescindibles para superar la situación en que se encuentra el país y poder construir una sociedad más justa, más igualitaria, en la cual una diferente cuna no signifique obligatoriamente una diferente existencia; poder construir una sociedad en la cual las condiciones de vida y trabajo sean dignas para todos y no existan capas importantes de población marginadas en la PATRIA GRANDE y sin esperanzas de mejorar su situación en el futuro. Se quieren destruir las esperanzas en un mundo mejor, más justo y más humano y se quiere imponer una sociedad donde reinen el consumismo, el individualismo y la mentira (las Fake-News).
Llevamos ya 20 años del siglo XXI. Tiempos difíciles en los que demasiada gente ha renunciado a sus creencias y muchas conciencias se han entregado al poder o están a la vista esperando al mejor postor. Soy muy consciente de ello. A pesar de lo cual me sorprendo cada vez que se dan hechos de esta naturaleza, como por ejemplo este llamamiento a entenderse con Macri, que no deja de ser un símbolo y un ejemplo de la corrupción/impunidad que existe en Argentina con la complicidad imperial de los grandes medios de comunicación
POR FAVOR MACRI NUNCA MAS.
Apreciada doctora Alcira Argumedo, son conocidas su trayectoria pública y patrióticos aportes. Por eso me adhiero a la posición por Usted expresada con tanta valentía contra ciertos intelectuales argentinos a la vez que me solidarizo con los y las que su trabajo es pensar y actuar desde el Pueblo y con el Pueblo.
También somos conocedores del nivel de su compromiso político y social. Por todo ello me uno a la repulsa y denuncia de este tipo de confluencias entre el poder y algunos intelectuales al MEJOR POSTOR que han perdido el sentido de su función crítica.
Ya no es tiempo de “iluminados intelectuales”, de exitosos banqueros y proveedores del Estado, ganaderos y multinacionales. Es tiempo de los pueblos y de dignidad.
Fraternalmente.
almada@fcpa.org.py
Fuente: Barómetro Latinoamericano
Martín Almada, nacido en Puerto Sastre el 30 de enero de 1937, es Doctor en Pedagogía y un reconocido activista y defensor de los Derechos humanos en Paraguay durante la dictadura de Alfredo Stroessner.
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