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Conclusiones del I Congreso de República en Marcha

Conclusiones del I Congreso de República en Marcha
Conclusiones del I Congreso de República en Marcha, celebrado en Águilas durante los días 13, 14 y 15 de diciembre.
El congreso de REM RM supone un paso cualitativo para la organización política de REM. Un salto que significa construir una organización coherente en lo ideológico, político y organizativo. Si antes nos sentíamos herederos del programa ideológico de la Ilustración y asumíamos vagamente el marxismo como herencia, en lo político no establecíamos una clara ruptura entre reforma y revolución y en lo organizativo carecíamos de modelo firme; ahora REM RM entiende que nuestra guía ideológica es el marxismo-leninismo, que la tarea política central es construir un partido de vanguardia de la clase obrera como condición necesaria para cualquier avance progresista consistente y que nuestro modelo organizativo se sustenta en el centralismo democrático.
Entendemos que si queríamos conservar y desarrollar los elementos revolucionarios y realmente transformadores de nuestra organización es necesario partir de herencia de REM hasta este momento, pero asumir este cambio profundo de dirección.
REM, hasta el I Congreso, ha trabajado por ser una escuela de formación de cuadros y servir de agitador y organizador popular, contribuyendo a la unidad de los sectores populares y al desarrollo de discursos avanzados allí donde hemos podido intervenir, aunque siempre desde el prisma idealista, al no plantear cómo, de manera consecuente y objetiva mediante el uso del marxismo, se construye la Revolución, así como  la vinculación de cada uno de nuestros esfuerzos con esa tarea.
La movilización ha sido un elemento central de nuestra organización desde el inicio. No solo porque en ella nos encontramos y crecimos la mayoría de la militancia de REM, sino porque entendimos la capacidad de esta para construir un discurso popular y enfrentarse a las posiciones de las élites. Al carecer de un plan propiamente revolucionario como organización, el retroceso de la movilización que ha tenido lugar en los últimos años solo podía debilitar orgánicamente nuestra estructura.
En cuanto al trabajo institucional, nuestro trabajo en Podemos desde el inicio contribuyó al desarrollo del discurso más progresista, así como a la formación y organización de algunos compañeros; sin embargo, por nuestra misma construcción teórica, incapaces de mantener la necesidad de independencia de la posición de la clase obrera y una vez constituido Podemos como organización burguesa (aunque con algunos de los elementos más progresistas de la burguesía), nuestro trabajo como supuesta “organización revolucionaria” en ese espacio ha sido completamente estéril, como no podía ser de otro modo, sirviendo, sin embargo, en gran medida para reforzar el mismo capitalismo.
Por último, siempre hemos entendido que, en la medida en la que constitutivamente la monarquía constitucional es el marco político de la oligarquía, la forma particular en la que se desarrolla el capitalismo, el movimiento republicano está fuertemente vinculado con las aspiraciones populares. Las reivindicaciones progresistas sólo tienen cabida con la disolución del Régimen del 78 y está disolución es, precisamente por eso, la liberación de energías populares. Por eso hemos tratado de llevar la consigna republicana a todos los espacios de lucha. Sin embargo, la pieza que nos faltaba en el puzle era precisamente el entender las condiciones materiales que se necesitan para hacer real ese modelo de República que defendíamos: la organización política de la clase trabajadora, su dirección del proceso y el carácter popular del modelo de Estado en transición hacía el socialismo.
El cambio que significa este I Congreso recoge los elementos revolucionarios de esta herencia, rompe definitivamente con las posiciones oportunistas y asume como tarea central la construcción del Partido de la Clase Obrera.
El salto cualitativo está recogido en los documentos aprobados durante el proceso congresual: Línea Política, Estatutos y cuatro resoluciones: Internacional, Trabajo Institucional, Feminismo de Clase y Juventud. La simple forma que presentaban los documentos en su primera versión antes de ser enmendados ya suponian un cambio cualitativo respecto al REM anterior. Porque estos señalaban la necesidad del partido de la clase obrera, de guiarnos por el ML y de dotarnos de unos estatutos que usaban el centralismo democrático. A nivel teórico nunca se había llegado tan lejos y a nivel organizativo por primera vez nos hemos dotado de unos estatutos para adquirir el compromiso de cumplir con la teoría. También por primera vez REM iba a contar con una organización juvenil oficial, República Joven.
El congreso celebrado en Águilas este diciembre del 2019 vino a ratificar este nuevo camino, a mejorar los documentos y a empezar a caminar el recorrido por ellos marcados: funcionar como una organización de vanguardia obrera para conseguir organizar mejor a la clase trabajadora, lograr su propia organización política independiente y de esta manera conseguir una Unidad Popular fuerte guiada por el proletariado que posibilite la consecución de la República Popular para caminar al socialismo y al comunismo.
Durante todo el proceso congresual la organización ha crecido con los debates y la preparación del congreso y se ha dotado de herramientas para poder mirar de manera más honesta y coherente hacia un futuro sin explotación ni opresión. Pero, evidentemente, no todo ha sido positivo, además de tensiones y abandonos comprensibles de compañeras y compañeros de REM, debidas a las nuevas exigencias tanto organizativas como ideológicas de nuestra organización,  nos ha faltado tiempo para llevar los documentos presentados como borradores más terminados y presentar las propias enmiendas antes, así como para la elaboración de líneas de trabajo que consideramos centrales, como movimiento obrero o formación. Esto ha estado muy vinculado al número de militantes con los que contamos, grupo que se reduce aún más si contamos solo con los que pueden hacer trabajo semanal. Esto significa, al menos, tres cosas: 1. que asumimos la necesidad de profundizar en el desarrollo teórico de nuestras tareas, 2. que debemos multiplicar los esfuerzos relativos al compromiso de los camaradas. 3. Que partimos de una posición organizativa mucho más débil de lo que calculábamos al principio.
Además, asumimos la crítica sobre ciertas actitudes machistas, como no considerar tiempos de las reuniones que posibiliten la conciliación, a veces han dificultado que algunas camaradas hayan podido participar todo lo que quisieran. Como organización hemos de considerar siempre los tiempos de las reuniones y el trabajo para permitir una verdadera conciliación de todas las personas que integramos REM, de manera que no haya que elegir entre la vida familiar y personal y el trabajo político. Es responsabilidad de toda la organización posibilitar la plena integración de todas las personas militantes y simpatizantes en la medida de su disponibilidad y sus posibilidades de trabajo y cuidar especialmente que quienes tienen más responsabilidades de cuidado fuera del trabajo político se vean plenamente integradas.
Un nuevo camino comienza para REM RM que viene a reforzar el movimiento comunista del Estado Español. Las tareas son abismales pero no estamos solos: contamos con todas las enseñanzas heredadas de los grandes revolucionarios, con las energías de una clase obrera que cada vez está siendo más explotada por el capital, que vive con desilusión la impotencia de la socialdemocracia y con miedo el ascenso del fascismo, y con los destacamentos de comunistas que se multiplican por todo el planeta, y que vuelven a coger fuerza después ya de casi tres décadas de la caída de la URSS.
Sabemos que este es el único camino correcto para acabar con toda opresión y explotación y que si hay algo digno por lo que merece la pena estudiar, sacrificarse y luchar es por conseguir una sociedad en la que realmente todos los seres humanos sean libres e iguales, en la que “nadie escupa sangre, para que otro viva mejor”.

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