Televisión,
internet, blogs de noticias, radio... ¿cuántos y cuán variados son los métodos
actuales para mantenerse informado? ¿Te resultaría extraño leer noticias con
enorme peso y que apenas tengan difusión?
Desconozco
la periocidad y cantidad de medios con los que se informa cada uno diariamente,
pero me atrevería a decir que casi nadie se ha enterado de alguno de los
sucesos que voy a comentar. Y no es precisamente culpa del lector.
El
ejemplo más claro respecto a la desinformación que sufrimos en el presente
siglo es, como supimos hace poco, los devastadores incendios en el Amazonas. No
voy a entrar en el debate de si es responsabilidad de los gobiernos, ya que
cada día, esta realidad se hace más evidente. No he venido a contaros mi
opinión política respecto a la actuación de los medios de comunicación. De
hecho estas líneas no tienen ningún interés político. Estas líneas son para
aquellos que no pueden escribirlas. Y esos aquellos, por desgracia, son muchos.
Comencemos
por un caso que ha acontecido aquí, en España:
Para
poner a los menos expertos en materia, internet se divide en 3 bloques
principales: Internet superficial, Internet profunda, e Internet oscura. Pues
bien, como podemos imaginar, los dos últimos bloques mencionados abarcan todo
el contenido que no podemos ver en la web con una simple búsqueda. Y como es de
esperar, es el lugar perfecto para aquellos crackers que quieran lucrarse de
manera ilegal y hacer más laboriosa la tarea de detención de estos sujetos.
Como
puedes imaginar, no son pocas las actividades ilegales que se llevan a cabo
diariamente en estos lugares de la red: venta de armas, drogas, prostitución...
No te recomiendo en absoluto intentar curiosear sobre estos temas en la Deep
Web. Puedes asquearte hasta un punto de no retorno con la especie humana, como
me pasó a mí. ¿Que qué vi? Vi toda la maldad del
ser humano en un objeto tan cotidiano como puede ser una lámpara. Sí, era una
simple lámpara, si obviamos el hecho de que estuviese hecha con restos humanos
de niños judíos asesinados en campos de concentración en la II Guerra Mundial.
Ahora
que ya sabemos lo macabra que puede ser esta sección de nuestra red,
sorprenderá poco saber que la trata de seres humanos también tiene cabida en
este negocio.
El
suceso en cuestión tuvo lugar a finales del pasado año. La red que controlaba
esta operación se dedicaba a comerciar con menores de edad; ya sea para vender
servicios sexuales o a ellos mismos. La policía fue capaz de desmantelarla
gracias a un pequeño error de configuración en sus servidores, lo que permitió
llevarles hasta Madrid, donde estaba el principal responsable de esta
operación. A este individuo se sumaron 334 implicados, una cifra ridícula
comparada con la auténtica cantidad de beneficiados por esta barbarie.
El
segundo caso, quizá más sonado que el anterior, es la declaración oficial del
koala como especie en peligro de extinción. Estos indefensos seres son los
afectados por la codicia del hombre, capaz de destruir cualquier ecosistema,
cualquier ser vivo, con tal de alcanzar su egoísta propósito. Igual que en el
caso del Amazonas, todo sea por ganar más.
El
puente de estos dos sucesos llevan a una única conclusión. Estos niños, estos
koalas, no pueden defenderse solos. No tienen voz, ni les interesa dársela.Esto
pasa aquí, en España. Seamos patriotas, en lugar de tener grandes banderas.
FSociety
Imagen de portada: Aureliano Maldonado
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