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Lydia Fridman Kúper, una intelectual en tiempos de la República

Lydia Kuper de Velasco
Lydia Kúper de Velasco (nacida Lydia Fridman Kúper) fue una intérprete y traductora hispano-polaca de origen ruso. Licenciada en Filosofía y Letras. 

Lydia nació en Lodz (Polonia) en 1911, en el seno de una familia de origen judía, cuando la ciudad formaba parte del imperio ruso. Tras la muerte de su padre Abraham Fridman (n. 1880) la familia se trasladó a Odesa con unos parientes. En 1920 al iniciarse la guerra civil rusa emigraron a la ciudad de Vigo, donde vivía un pariente dentista y en la que Lydia pasó su infancia. Más tarde se trasladaría a Madrid para estudiar Filosofía y Letras viviendo en la Residencia de Señoritas entre 1928 y 1931, fechas en las que coincidió con María de Maeztu y Teresa Díaz. 

En marzo de 1930, Lydia Fridman Kúper ingresó como socia nº 15352 en el Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid. Ese mismo año se dieron de alta en el Ateneo personalidades como la diputada Margarita Nelken, Matilde Moliner Ruiz, Hildergart Rodríguez Carballeira. Lydia ingresó y causó baja del Ateneo en diferentes periodos: Alta 13 de marzo de 1930, baja el 1 de diciembre de 1931; alta 25 febrero de 1933, baja el 30 de diciembre de 1935; alta el 16 de junio de 1936. 

En la revista ‘Cronica’ de 15 de junio de 1930, hace un reportaje de los periódicos que redactan, empaquetan y vocean los estudiantes universitarios. Entre ellos ‘Rebelión’, semanario batallador en el que participa Lydia Fridman, Elena García Morales (socia nº 15353 del Ateneo Madrid), Eloísa Malesechevarría (militante del PSUC), Encarnación Fuyola (militante comunista y socia nº 11336 del Ateneo de Madrid), Marichu Flórez, Juan Gascón…, entre otros. 

Lydia Fridman aparece en el periódico ‘La Voz’ de 19 de noviembre de 1930 como firmante de un manifiesto de Protesta de la Federación Universitaria Hispanoamericana (F.U.H.A) por los atropellos de la dictadura machadista en Cuba. 

Con 21 años, Lydia conoció en Madrid a Gabriel Esteban León Trilla, uno de los pioneros del comunismo en España y fundador del PCE en 1920. Trilla era natural de Valladolid pero se traslado a Madrid para estudiar Filosofía y Letras. En el Ateneo madrileño conoció a Lydia de la cual se enamoró y ambos se casaron. En 1932, tras unas desavenencias con el partido comunista Trilla fue expulsado del PCE e ingresó en el PSOE, al mismo tiempo trabajó como maestro de francés. 

Licenciada en Filosofía y Letras, Lydia fue profesora de Historia en el Instituto Velázquez de Madrid. En la Gaceta de Madrid de 1 de julio de 1936, Lydia Fridman aparece en un listado del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes como admitida en las oposiciones de Geografía e Historia. 

Guerra Civil

El inicio de la guerra civil española deterioró la vida matrimonial de la pareja, tomando caminos diferentes. Lydia interrumpió su carrera docente y gracias al dominio del idioma ruso comenzó a prestar servicios en calidad de traductora e intérprete en el Estado Mayor de la República y para la numerosa delegación de asesores militares soviéticos. Por otro lado, Trilla fue readmitido en el PCE y marchó como comisario político del ejército popular, además de dirigir la revista ‘Nuestra Bandera’ 

En 1939 antes de finalizar la guerra civil española, Lydia abandona el país en uno de los últimos aviones que salieron de España, junto a un selecto grupo de militares y consejeros soviéticos. La avioneta tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en Argelia en la que Lydia se rompió un brazo. De sus compañeros de vuelo ella fue la única que resultó herida. 

Lydia estuvo retenida en Oran hasta que obtuvo un permiso para viajar a Marsella y luego se traslada a París. Allí se reunió con un nutrido contingente de de exiliados españoles para partir a hacía Moscú, donde permaneció varios años. (1). 

Por su parte, Gabriel Trilla se exilio a Francia, donde ayudó a reorganizar el PCE. Algunos compañeros le acusaron de traicionar al partido, por lo que fue asesinado por los suyos en septiembre de 1945. Algunos de los familiares de Lydia que permanecieron en España fueron represaliados por su fidelidad a la República, entre ellas su madre, Elisa Kúper (n. 1888) 

Exilio en Rusia

Durante su exilio en la URSS, Lydia trabajó como traductora e intérprete para el PCE. También trabajó de traductora en Planérnaya, Púshkino y en varias editoriales. Posteriormente trabajó para el estado soviético como traductora en el servicio de Ediciones en Lenguas Extranjeras. 

En Rusia, Lydia se casó con el refugiado español Leoncio Velasco Hernández. A partir de esta fecha en sus traducciones firmará como Lydia Kúper de Velasco, desapareciendo el apellido Fridman. Leoncio había nacido en Redueña (Madrid) en 1916. Él era un piloto republicano de profesión electricista. Durante la guerra civil participó en numerosos duelos aéreos. En Rusia realizó un curso de piloto. Trabajó en la fábrica Lijachov, voluntario en el Ejército Rojo durante la II Guerra Mundial, fue condecorado con órdenes de la Guerra Patria y Estrella Roja, mecánico en la fábrica Lijachov. De aquella relación nació Luciano. 

Desde Rusia, Lydia traducirá a los grandes autores de la literatura rusa como León Tolstói, Fiódor Dostoievski, Iván Goncharov, Antón Makárenko, Vladimir Makanin, Borís Pasternak, Aleksandr Pushkin, Nadezhda Mandelshtam, Tatiana Tolstaya, Mijaíl Lérmontov, Robert Vipper, Ilyan Maizelis, Boris Grekov, Vladilen Mashkovtsev o Aleksander Luria. En esta línea, Lydia formó parte del selecto ‘Grupo de Moscú’ formado por intelectuales que realizaron traducciones al español de los clásicos de la literatura rusa, y que se publicaron en España en torno a los años 50 y 60 del siglo XX. 

Regreso a España

Lydia y Luciano regresaron a España en 1957 a través de un acuerdo entre la Cruz Roja y el régimen Franquista. Luciano falleció al poco tiempo en Madrid. En España Lydia continuó su profesión de traductora prestando servicios en varias editoriales. 

Por encargo del prestigioso editor Mario Muchnik, entre mayo de 1999 y agosto de 2003, Lydia se dedicó a traducir ‘Guerra y Paz’ uno de los clásicos de la literatura Universal y considerada como la obra cumbre de León Tolstói. Su brillante traducción fiel al original, transmitiendo hasta el más mínimo detalle del genial escritor ruso, está considerada como la mejor traducción del ruso al español. 

Lydia falleció en Madrid, el 8 de febrero de 2011 a los 99 años de edad. 



Podemos concluir diciendo que Lydia nos dejó un legado cultural extraordinario gracias a sus fieles traducciones al idioma español de los grandes autores de la literatura rusa; fue una mujer intelectual adelantada a su tiempo, pionera como intérprete y traductora en la primera mitad del siglo XX, una profesión esencial en el avance de la sociedad moderna.


Luis Egea para Eco Republicano
Fuentes consultadas:

Las musas suben a la tribuna. Visibilidad y autoridad de las mujeres en el Ateneo de Madrid (1882-1939) por Ángeles Ezama Gil (2018)

Fuentes históricas para el estudio de la inmigración española a la URSS (1936-2007) por Ángel luis Encinas Moral (2008)

Después de todo. Recuerdos de un periodista de la Pirenaica, por Luis Galán (1988)

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