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Masacre de la carretera Málaga-Almería

La masacre de la carretera Málaga-Almería, conocida popularmente como 'La Desbandá,​ fue uno de los episodios más sangrientos del fascismo español durante la Guerra Civil.






Tras el golpe militar fascista del 18 de julio de 1936 contra la República, la ciudad de Málaga y gran parte de su provincia quedaron bajo control republicano debido a la acción de las milicias obreras que consiguieron sofocar el golpe. 

Sin embargo, Málaga quedaría prácticamente aislada del resto del territorio de la República. La única vía terrestre que la enlazaba y que no estaba en poder de los golpistas era la carretera de Almería, la cual era vulnerable al bombardeo marítimo y dificultaba el envío de soldados y provisiones a la provincia.

Entre enero y febrero de 1937, las tropas franquistas lanzaron una ofensiva sobre la provincia de Málaga y en la capital cundió el pánico ante la represión, por lo que muchos civiles y milicianos optaron por huir por la carretera de la costa.

El 8 de febrero de 1937, una multitud de refugiados abarrotaban la carretera huyendo hacia Almería, ciudad bajo control de la República. En su huida, los civiles fueron ametrallados desde el aire por la aviación italiana y nazi, mientras la armada franquista les bombardeaba desde los cruceros Baleares, Canarias y Almirante Cervera, lo que provocó la muerte de entre 3.000 y 5.000 civiles.

El éxodo masivo de niños, mujeres y ancianos en su mayoría, hacía un "viaje a ninguna parte" estuvo plagado de hambre, agotamiento, frío y muerte. Según el profesor de la Universidad de Málaga, Miguel Ángel Melero, hubo entre 200.000 y 250.000 desplazados –aunque hay quien eleva la cifra hasta los 300.000– y entre 4.000 y 6.000 muertos.

Además de la matanza de la carretera Málaga-Almería, tras la toma de Málaga las tropas facciosas hicieron unos 10.000 prisioneros y asesinaron a unas 4.000 personas, según relata el historiador Hugh Thomas en su libro 'La Guerra Civil Española' (1976). Estas personas fueron asesinadas en las tapias del Cementerio de San Rafael y sus cuerpos fueron arrojados a fosas comunes. 

Gracias a las últimas investigaciones por parte de colectivos memorialistas, se han podido cuantificar hasta 4.571 personas que fueron asesinadas. En el año 2014, se construyó un mausoleo en el cementerio para recordar a las víctimas.

Equipo de redacción de Eco Republicano


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