En la última intervención como vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias se ha enfrentado a las particulares palabras de despedida del Partido Popular y de Vox. Un debate dirigido a recordarles cuál es su verdadera preocupación: que Unidas Podemos tenga la posibilidad de gobernar en la Comunidad de Madrid.
En la sesión de control al Gobierno de este miércoles hemos asistido a la última intervención parlamentaria de Pablo Iglesias como vicepresidente segundo del Gobierno. Iglesias ha contestado a las preguntas parlamentarias de los representantes del Partido Popular, Teodoro García Egea, y de la extrema derecha de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, quienes han centrado sus intervenciones en la salida del Gobierno del líder de Unidas Podemos y en la futura campaña electoral de éste en Madrid.
De esta manera, García Egea dirigía su pregunta parlamentaria a saber si Iglesias comenzaría su campaña después de haber dimitido como vicepresidente y dejado el acta de diputado para hacerlo sin ningún tipo de privilegio o aforamiento, para más tarde augurarle el más negro de los futuros en Madrid, sentarse en la Puerta del Sol a ver «los grandes logros del Partido Popular».
El representante de la extrema derecha, preguntaba a Iglesias si después de su salida del Gobierno iba a volver a las calles a ser un elemento desestabilizador del Gobierno de coalición, no sin antes señalar lo que, a su juicio, ha supuesto el paso de Iglesias por la política, un fracaso de desestabilidad propio de un comunista más preocupado por mejorar su propia vida.
En sus respuestas, el líder de Unidas Podemos ha señalado la preocupación de ambos parlamentarios por centrar una sesión de control en la campaña de la por Madrid, haciendo notar que para ambos partidos el mantener el poder en la comunidad resulta crucial para desarrollar sus políticas y modus operandi relacionado con la corrupción. En el caso de García Egea, termina el vicepresidente anunciándole una querella ante la Fiscalía Anticorrupción por un delito de presunto cohecho por la supuesta compra de diputados.
Equipo de redacción de Eco Republicano.