José Maldonado fue alcalde de Tineo y diputado republicano, consejero del Consejo Soberano de Asturias y León, ministro de la República. Presidente de la República (1970-1977). Abogado, francmasón y ciudadano íntegro de fuertes convicciones republicanas.
José Maldonado González nació en Tineo el 12 de noviembre de 1900. Quiso la casualidad que a escasos kilómetros de su ciudad natal, en Tuña, hubiera nacido el primer español que se levantó para conquistar la libertad ante el absolutismo monárquico, el famoso general Rafael del Riego (1785-1823), figura que le influyó notablemente durante su juventud.
Hijo único de un matrimonio de comerciantes, estudió en Gijón y Oviedo, ciudad que le vio crecer y donde años más tarde finalizaría la carrera de Derecho. Joven y con ansias de prosperar, abrió su propio bufete de abogados en Tineo, desde donde vivió el golpe de Estado de Primo de Rivera, en 1923.
A partir de esta fecha, el joven Maldonado comenzó sus primeros escarceos con la política, movido por el luarqués Álvaro de Albornoz, «quien le inocula el virus del republicanismo», como señaló el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo, David Ruiz, durante una de las conferencias en el estreno de la exposición.
Contrario a las prácticas del caciquismo -intercambio de votos por favores personales-, práctica que corroía los gobiernos monárquicos desde el siglo XIX, ingresó en el Partido Republicano Radical Socialista, de tendencia izquierdista, fundado por el propio Albornoz y Marcelino Domingo.
En 1929 firma el Manifiesto Republicano en el que denuncia la corrupción monárquica y el carácter liberal de la República. Posteriormente, participó como candidato a la alcaldía de Tineo en las elecciones municipales de 1931, que supondrían el cambio de régimen y la llegada de la Segunda República.
Maldonado fue elegido alcalde de su pueblo natal, cargo que ocupó hasta 1933. Gracias a un ambicioso programa político, llevó a cabo trascendentales reformas para la región en el ámbito del desarrollo económico y educativo. Prueba de ello son las 30 escuelas abiertas durante su mandato y la Biblioteca Circular Ambulante para la culturización del concejo.
Maldonado fue elegido alcalde de su pueblo natal, cargo que ocupó hasta 1933. Gracias a un ambicioso programa político, llevó a cabo trascendentales reformas para la región en el ámbito del desarrollo económico y educativo. Prueba de ello son las 30 escuelas abiertas durante su mandato y la Biblioteca Circular Ambulante para la culturización del concejo.
Un futuro truncado
Maldonado empezó entonces una carrera política que le llevó a Madrid en 1936, elegido diputado como miembro de Izquierda Republicana dentro de la candidatura del Frente Popular, para participar en las comisiones de Instrucción Pública y Agricultura. Sin embargo, el estallido de la Guerra Civil truncó su prometedor futuro. En diciembre de 1936 fue nombrado consejero de Obras Públicas del Consejo Interprovincial de Asturias y León, que en agosto de 1937, ya próxima la derrota, se proclamó 'soberano'.
La caída del Frente Norte le obliga a cruzar Francia para llegar al territorio todavía republicano, en Cataluña. Sin embargo, en febrero 1939 la situación es insostenible y el exilio al país galo, inevitable. Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial pudo instalarse en París y comenzar a ganarse la vida como profesor de español.
Ya en el exilio, Maldonado no participó directamente en ninguno de los primeros gobiernos republicanos de José Giral y Rodolfo Llopis, pero en 1947 fue nombrado subsecretario de la Presidencia durante el primer mandato de su amigo y mentor Álvaro de Albornoz.
Fue el encargado de redactar los informes que el Gobierno de la República confeccionó sobre el problema de España en las Naciones Unidas paras las asambleas de París, en 1948, y Lake Succe (EE UU), en 1949.
Maldonado será elegido Ministro de Justicia entre 1947 y 1951, año en el que dimitió tras hacerse cargo de la Presidencia del Gobierno Félix Gordón de Ordás
Desde 1951 trabajó como profesor auxiliar en distintos liceos franceses hasta que, en 1960, es nombrado Profesor de la Escuela Superior de Traductores de París y de la Universidad de París II (Nueva Sorbona).
Hizo colaboraciones periodísticas en "Despertar", "República", "España Republicana", "La Nueva España" y "Cuadernos del Ruedo Ibérico". También fue prologuista y realizó obras manuscritas.
En 1959 se unieron los partidos Unión Republicana e Izquierda Republicana para dar lugar a la creación de la Acción Republicana Democrática Española (ARDE), de la que Maldonado será su primer presidente.
En 1962, las autoridades del exilio vuelven a nombrarle Ministro de Justicia e información (1962-1969) durante el gobierno de Claudio Sánchez-Albornoz, y en 1964 es elegido vicepresidente de la Mesa de las Cortes.
En 1970 José Maldonado fue nombrado presidente de la República, tras el fallecimiento de Luis Jiménez de Asúa. Durante esa etapa el Gobierno de la República Española en el exilio intensificó su oposición a la dictadura franquista y también al heredero designado por el dictador: el príncipe Juan Carlos de Borbón.
A principios de julio de 1974 el franquismo parecía llegar a su fin. El dictador Francisco Franco sufrió varias complicaciones que deterioraron gravemente su salud, por lo que el príncipe Juan Carlos asumía interinamente la jefatura del Estado entre el 19 de julio al 2 de septiembre de 1974.
Tras la muerte de Franco en noviembre de 1975, los partidos de la oposición antifranquista (PSOE y PCE) dieron la espalda al Gobierno de la República Española en el Exilio. En julio de 1976 el rey eligió a Adolfo Suárez como presidente del Gobierno quien inició la Reforma Política para apuntalar la monarquía.
Esta situación, junto a la celebración de las elecciones generales de 15 de junio de 1977, forzaron a que el presidente de la República, José Maldonado y el presidente del Consejo de Ministros, Fernando Valera, anunciasen el término de su misión histórica, disolviendo el gobierno republicano en el exilio el día 21 de junio de 1977.
Después de 38 años de exilio, Maldonado regresó a España en septiembre de 1977 para homenajear a Rafael del Riego, ídolo de su infancia, en Tineo. Pero no sería hasta 1980 cuando se trasladase definitivamente a Oviedo, donde fallecería enfermo de neumonía, el último presidente de la República, el 11 de febrero de 1985.